Por Luis Jordana de Pozas, Director General del Instituto Nacional de Previsión de España - En h. 1

La raíz filosófica y doctrinal de las prestaciones familiares se encuentra, indudablemente, en la reacción contra el individualismo prevalente en el siglo XIX. Esta concepción situaba al individuo aislado frente al Estado, que a su vez nació teóricamente de un pacto entre los individuos. Entre otras muchas consecuencias que no son de este lugar, tuvo esta doctrina la de que toda acción pública de carácter benéfico o asistencial fuese, también, individualista. Lo mismo las workhouses inglesas que los asilos de los países europeos continentales asistían a los individuos aisladamente considerados, prescindiendo de su situación familiar. Para ser internados en las instituciones hospitalarias o benéficas, los niños eran separados de sus padres, las mujeres de sus maridos y los ancianos de sus descendientes.

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